Luis Huitrón  recuerda a Las Meninas y va por nuevo proyecto

 

Cultillos e irrespetuosos dieron y dan brillo al Teatro de Cabaret

 

Por Mariana Jano

 

-Hola, gracias por aceptar mi charla, después de decir que mi comentario, sobre una de tus obras  Las Meninas, a ti y a tu grupo les había dado mucha risa… jiri, jiri, muy chistoso. Pero bueno cuando se te ve  pareces un experto en Teatro de Cabaret, me puedes ofrecer unas palabras sobre esto?

 

-En el teatro de Cabaret se aplauden espectáculos que desahogan  aspectos políticos y/ o sexuales, recordemos que ahí aparecieron, los primeros travestis, nos puedes decir cómo ha evolucionado esta figura?

 

-Pienso que el teatro cabaret se ha desarrollado a partir de los paradigmas de la sociedad y del marco histórico que los contienen y por eso ha sido de manera diferencial. En lo personal, no veo el desarrollo claro de una manera específica, por el contrario, pienso que la riqueza de las sociedades y la manera de abordar una problemática desde ciertos ángulos y sobre las tablas, son los aspectos que definen el desarrollo del cabaret al igual que de los demás tipos de teatro. 

 

-Tú hablas del prepucio del Señor... ¿No crees que con esto te harías acreedor a una multa? Tal cual ocurrió con un espectáculo del Molino Rojo en el que presentaban aspectos de 'extrema desnudez'...

 

-A lo largo de la vida de las Meninas se han tocado temas históricos y religiosos que para muchas personas pueden ser escabrosos, sin embargo este proyecto está documentado históricamente al 100%, lo cual genera que Las Meninas compartan información sobre las diferentes posturas o creencias que se tienen de esos temas.  Con respecto al espectáculo del Molino y Las Meninas, considero que los contextos son diferentes y por lo tanto diferentes son los resultados.

 

-Sabemos que el  Teatro de Cabaret nació en Mont Martre, París, Francia, en 1881 justo en el Chat Noir,  en el corazón de un barrio bohemio, y luego se fortaleció en otros grandes  lugares de leyenda como el Molino Rojo con su Cancán o el Lydo. Luego en Berlín Alemania, hacia los años 20's vivió su esplendor y en México 30-40 años después llegó con figuras como Cantinflas y Tin Tan alimentando las Carpas. Hoy nombres de personalidades como Jesusa Rodríguez o Tito Vasconcelos han dejado huella en este género ¿Conoces antecedentes en provincia? 

 

-Desconozco los antecedentes en provincia. Como mencionas en tu pregunta, el cabaret fue un género que surgió a finales del siglo XIX, sin embargo no se debe obviar el contexto, surge como un elemento contestatario a la religión, la moral y la política. El resumen de los lugares y las fechas que tu mencionas en tu pregunta es el resultado del impacto moral, bélico, económico y filosófico que la primera y la segunda guerra mundial  tuvieron en las sociedades europeas. 

   Pienso que en un primer momento, a México llegó desvirtuado el concepto del cabaret europeo decimonónico, simplemente porque estaba comprendido (y disfrutado) a partir de otras necesidades. De hecho, no se si me atrevería a afirmar que personas como Tito Vasconcelos o Jesusa Rodríguez continúen la línea del cabaret tal y como se pensó en su inicio.

 También es importante re valorar y cuestionar qué cosas entran en cabaret o no, por tener o carecer de ciertas características. Por ejemplo, Las Meninas han sido definidas por muchas personas como teatro de cabaret, cuando para mi no lo es. Considero que lo único que nos acerca a ese género es el formato teatral. Meninas es un show de comedia histórica, en donde se enseña la historia de México desde la vida cotidiana y el humor a partir de una rigurosa investigación histórica, historiográfica y de archivo sobre el tema con la finalidad de reconciliar al público mexicano con su pasado y ayudar a esclarecer los mitos, principalmente el de que "la historia es aburrida"-

 

-¿Y otros lugares además de los emblemáticos en México como El Vicio, el Foro A Poco No, El Cabaretito? ¿Cuáles recomiendas? ¿Sabes cuándo y en dónde se realizará el Festival Internacional de Teatro de Cabaret este año? 

 

-Desconozco de lugares, como te mencionaba en la respuesta anterior no estoy dentro del mundo del teatro cabaret, de hecho desconozco las propuestas actuales y me encantaría conocer el Festival Internacional de Teatro Cabaret, me parece un evento que no me puedo perder. 

 

-Finalmente, como licenciado en historia del arte,  escribiste junto con Issac Serrano Las Meninas, ¿Cuándo se repondrá? o ¿En qué estás trabajando ahora?

 

-Mi formación de licenciatura es en Historia, tengo dos maestrías una en Historia del Arte y otra en Estudios Judaicos y un doctorado en Historia del Arte, toda esta parte académica es la que nutre el show a partir de la investigación histórica. Isaac Serrano es el guionista quien se dedica a armar el arco narrativo y cómico. En conjunto escribimos cada mes un show diferente que desmitifica un episodio de nuestra historia nacional. Esto da como resultado que cada dos meses aparezca en la cartelera del NH un tema distinto. Para el caso del siguiente episodio tendremos función los domingos y jueves del mes de agosto, domingos 18:00hrs y jueves 20.30 hrs. 

 

-Muchas gracias

Casa Calabaza, autoría de Maye Moreno

Por Leonora Cohen

 

Es un montaje que tenía muchas ganas de ver. Ha tenido un par de temporadas en otros espacios, con gran afluencia de público. Es la obra ganadora del concurso de teatro penitenciario en 2014. 

 

Eso ya lo vuelve interesante y distinto a otras obras. El texto es sórdido y realista. El personaje principal, cuenta todo en primera persona y dialoga en escena con la mamá, Ángeles Marín (enferma, sobre todo del alma), el papá, Manuel Dominguez. “Maye” (autora y protagonista) a esta última, la podemos ver de niña (Gloria Castro), de adolescente (Mireya González) y a los 33 años ( Patricia Hernández). Las 3 Mayes están todo el tiempo en escena, al igual que los padres...pero Maye siempre está sola, le alegran los momentos cuando la visita su abuela, quien le enseña a leer y con ello, otro mundo, otra realidad. La abuela es caracterizada por ellas mismas, pero la abuela muere y esas paredes son insoportables. Es conmovedor y se agradece que la autora cuente su historia desde la verdad. Esa dolorosa verdad por la cual vive sus días en la cárcel. Los elementos que se resignifican en escena, son poderosos. Las imágenes, los cuadros plásticos bajo la dirección de Isael Almanza y la iluminación y escenografía de Natalia Sedano, nos llevan de la mano a la casa donde creció y vivió Maye, ahí donde las paredes son color calabaza y la soledad penetra las paredes y el corazón. En momentos, muchos, a mi parecer, mamá y papá gritan demasiado. Pensé que quizá, era a propósito: el querer entrar a esa dinámica de violencia y agresión; sin embargo, este recurso se agota rápidamente. El grito podría cobrar otra dimensión, si no lo ocuparan a diestra y siniestra. El ritmo confluye de manera apropiada, la historia se cuenta bien y uno termina queriendo abrazar a los personajes. 
He intentado tener “ojo crítico” por el tema de estudio de mi tesis. Me di cuenta que será una labor titánica porque identifico que rápidamente conecto emocional y sentimentalmente con los personajes, puesto que soy actriz. Sin embargo considero que la objetividad es herramienta imprescindible del crítico. 
Si fuera crítica, acompañaría este texto con una breve explicación del concurso de Teatro penitenciario (es decir, una investigación para que el lector conozca el contexto del autor y del texto) He de mencionar, que antes de dar inicio a la función, se proyectó en el lobby del teatro, una entrevista a la autora. De esta manera, nos es posible conocer un poco más de cerca a este ser humano y sin juzgarla, que ya suficiente sentencia tiene. Personalmente, me parece maravilloso que exista este concurso, puesto que las letras otorgan libertad al alma que las escribe, sobre todo cuando son contadas a partir de la verdad. 
El dramaturgista es Luis Eduardo Yee. 
Casa Calabaza se presenta en el Teatro El galeón del CCB (Centro Cultural del Bosque) del 31 de Mayo al 17 de junio. 
* Por primera ocasión una obra de teatro penitenciario se presenta en un escenario profesional con elenco de primer nivel.
Ganó el concurso de Teatro Penitenciario el año 2014; el certámen se ha realizado durante 25 años. 
Nota de la Redaccción.

ALGO EN FUENTEOVEJUNA

 Por Gloria Domínguez Castañeda

El mero nombre de la obra de Lope de Vega despierta la curiosidad por ver cómo es esta puesta en escena a quien el director y autor de esta versión libre, Fernando Bonilla, ha llamado “Algo en Fuenteovejuna”. ¿Qué encuentra un teatro joven de este país en una historia de la España medieval? Al dar testimonio de un hecho verídico (1476), ésta aborda las formas de la tiranía en un sistema de encomienda, en condiciones de expansión y dominio territorial. En otras palabras, la obra clásica expone la relación desigual y despótica entre el comendador y el pueblo, las formas como se asienta el poder del Señor y paralelamente el del pueblo, para su defensa. Bonilla escarba en su propia dramaturgia algo que le retumba de Lope, que le significa como espejo del caso mexicano: el de su historia actual.

Las posibilidades de su trabajo podrían haber sido infinitas a partir de la múltiple visión de las noticias sobre el alto grado de violencia contra la población. Sin embargo, es notorio que el trabajo de dirección decidió escoger de manera selectiva los elementos clave y precisos para hacer la obra, tanto en el plano dramático (la revisión de la estructura del original, la adaptación y la construcción del texto nuevo, alterando el orden a conveniencia del drama) como en el escénico (donde, a partir del eje del texto, intervienen las diversas disciplinas con su propio sello y trabajo creativo).

En el texto dramático, en esta versión libre, se toma la historia en su construcción básica, los conflictos originales principales, y los resortes dramáticos que dan sostén e impulso a la obra. Revolviendo este viejo texto como habría gustado ver al autor, se dejan fuera los actores inservibles (personajes y sesgos de la historia) mientras que se recurre a los actores clave de la obra de Lope, su oposición y necesario enfrentamiento, al tiempo que se dimensionan los personajes que obligadamente simbolizan las diversas fuerzas y caracteres, y con su presencia impulsan la trama. Tales actores son: el poder local, representado por el cacicazgo actual dedicado al comercio ilegal, y un pueblo de México, su historia de tiranía y hartazgo social.

También se incorporan personajes nuevos que sin ser notorios, sino más bien difusos, sí juegan un papel central; intervienen como creación de sociedad o población anónima, desconocida, cuya presencia puede ser anodina o determinante. Sean personajes sobresalientes (los protagonistas) o de este tipo, se muestra en general y a través del teatro, la conformación de la sociedad actual (el que es visible y el que no lo es, el que vive con tranquilidad y el que acecha), y también su signo, como es la intervención de los medios de comunicación, que construyen la imagen de lo social hoy día, su orden y estabilidad. La caricatura que se hace de estos elementos aparentemente matiza, con la comedia, el carácter criminal de lo cotidiano, pero en realidad se establece una parodia de la mentira. Significa traer al teatro, lo teatral de lo cotidiano.    

La presencia del clásico se advierte con claridad total en el manejo múltiple de recursos. Llama la atención cómo al sentido trágico de la historia se introduce la comedia, ahí donde difícilmente tendría razón de ser. Pero igual que en el texto original, funciona, se acopla, sirve de contrapeso. También se recurre al terror como elemento dramático –que bien puede determinar a los personajes o a la acción- y deliberadamente se yergue como personaje oculto y siniestro de esta realidad que se expone.

De tal suerte, tal como se concibe y actúa esta estructura en la que descansa la historia relatada y en la que la acción dramática sucede para incidir en cada acontecimiento y desencadenar los siguientes, siempre de manera rápida, impetuosa, la obra se divide en partes principales. En ellas intervienen escenas cortas, rápidas; por su tiempo y acción bien medidos, dan movimiento y ritmo, no permiten vacíos de acción. En esta construcción, los diversos tonos (contenidos en cada escena y determinados por el género –drama, comedia, terror-, a su vez logrados como la suma de elementos teatrales) suceden y se oponen; esto permite el manejo de tensión, suspenso, terror, distensión, risa, tensión. El contrapunto que se emplea en esta obra, y que tanto crédito dio a Lope de Vega como recurso original, muestra eficacia en esta versión. No solamente hace descansar al espectador y liberar su emoción con la risa, sino que lo prepara para la siguiente escena, donde el terror o el drama vuelven a insertarse.       

El sello original de esta adaptación, vale mencionarlo, es la observación cuidadosa del sentido teatral que guarda el acontecimiento nacional permeado por la violencia, la interpretación ciudadana de ésta, el desapego ante la barbarie, el signo de la vida cotidiana. Esta mirada encuentra la escena teatral del México contemporáneo: la comedia, la tragedia, lo grotesco, lo dramático, lo absurdo; la retoma y deposita en un texto; éste se amalgama con el texto antiguo, el que a la vez recuperó el pensamiento y la condición de un pueblo, el retrato de su carácter y con esto, su naturaleza o sentido teatral. Conviven entonces, de manera paralela, dos historias y dos observaciones de lo teatral de la sociedad, una del Siglo de Oro, otra de la segunda década del siglo XXI. También conviven dos miradas sobre el poder y sus alcances y sobre la capacidad que tiene el ser humano de mirarse más allá de sí mismo.

La obra, por consiguiente, se funda en el realismo, (en el hiperrealismo si de pintura se tratara) y por transmitir retrato tan fiel, consigue impactar. En un momento singular acude también a lo grotesco, como forma de revelación de este sentido de vida común; aquí la locura y la razón no tienen razón de ser como categorías de existencia que dividen la enfermedad y la salud (de la mente y del alma); en su lugar se instala la gracia, lo divertido de la muerte, su carácter sublime, por tanto, la escena es dantesca, grotesca; a estos ingredientes se suma la expresión de lo nacional –la música-, que al presentarse en este contexto resulta en un efecto devastador;. Es polémico este momento y corre el riesgo de verse como una apología del asesinato, pero es todo lo contrario: busca, a través del teatro, la representación de la locura como hecho normal, la comprensión de esta barbarie, va, sobre todo, tras la reacción del público.

Tal como está concebido, el trabajo realizado es altamente provocativo. No solamente por la forma como está representado –escenográficamente, y en algunas escenas donde el público es también un personaje-, sino porque no permite su actitud distante o pasiva. Lo obliga a participar y, aunque no se rompe la cuarta pared, la fuerza de la historia, el suceso y el nervio puesto en las palabras, juega con este rompimiento. ¿Qué significa este propósito? En el fondo, que la ficción no lo es y la realidad verdaderamente está ahí, a unos cuantos pasos.  

Aunque el fin es evidente, y realmente consigue provocar, despertar la emoción destruida por la nota roja de cada día, el encuentro directo público-personaje, sobre todo en las escenas finales, corre un riesgo: un discurso fuerte, sostenido por la trama, bien puede no mantener su tensión hasta el final; antes bien, se puede convertir en discursivo, volverse una arenga. Como discurso vivo, en todo caso, solamente debe tener sentido dentro de la obra, es decir, estar justificada en su momento la relación directa con el público-personaje, como sucede en otras escenas en que se da este contacto. Este momento justo es delicado, por ser climático dentro de la historia: la presencia absoluta del pueblo, su toma de conciencia. Ahora bien, aunque basada en algunos rasgos de personajes y hechos reales, tendría que ser estudiada su eficacia dramática en el lugar donde corresponda o con otros recursos donde, de manera natural intervenga el público.    

Un signo que define al tratamiento de su director es el terror psicológico. Es una atmósfera general que domina la puesta en escena en la que intervienen como recursos, basados en el orden dramático: el inicio en un tono alto, sostenido hasta el final; la experimentación sonora (ruidos que evocan la existencia en estado alerta); el radical comportamiento de los personajes, la recreación de su vida cotidiana en un clima de violencia, y la expresión de las características culturales del país, incorporadas en la escenografía, el vestuario, el habla. No obstante, el tratamiento dado a la violencia es muy sutil. Se sostiene en las palabras mientras que en la representación en escena, solamente se muestran rasgos de ella y se sugiere su potencial. Este es el caso de la agresión que el comendador ejerce contra las mujeres del pueblo, y que remiten a los feminicidios diarios en México. Así también y por oposición, se muestra el sentido humano de los personajes centrales y opuestos, que impiden toda categorización de buenos o malos. Estas escenas están construidas cuidadosamente con la creación de atmósferas poéticas.      

Destaca el trabajo de lenguaje. El terror en los diálogos tiene naturalidad; también, es importante denotarlo, hay un manejo acertado de distintos lenguajes verbales: el del habla cotidiana, el de la expresión de los personajes fundamentales, el regional, el de las esferas del poder (la retórica), el del habla antiguo y el actual. Se introducen, además, en los diálogos, una serie de puntos suspensivos y subtextos, dedicados especialmente al público para contribuir a su identificación con el retrato social y político que se plasma y para promover su pensamiento y reflexión. En algunos momentos, es interesante cómo un solo elemento (un vocablo de doble significación) puede tener su propio sentido y peso dentro de la escena. Esto señala, en el tenor de los días que vivimos, la arriesgada exposición de una obra vigorosa, sobre todo irreverente, y la necesidad de sutilezas que Carpio no necesitó –excepto en la escena amorosa-, al escribir con libertad inconsciente como lo apunta Menéndez y Pelayo.

Un trabajo también de adaptación y dedicado para el trabajo actoral es el del verso clásico, conjugado con el acento regional mexicano. Es una fusión afortunada, pues la lectura del verso es muy natural, tiene, por decirlo así, una caída suave que rompe con la monotonía de la medida y la rima, y a la vez converge con el acento y habla regional; simultáneamente se incorpora de manera viva el habla de nuestros días, sobre todo urbano. Todo esto le da vitalidad a la representación y crea, a pesar de lo fuerte y emocional del tema, una identificación y un clima pacífico del público. A esto se suman las escenas hilarantes que caricaturizan al proscenio político mexicano, basadas principalmente en personajes ridículos, diálogos banales y en la repetición de parlamentos, recursos que dieran gracia infalible al trabajo satírico de Moliere.        

Esta obra recrea el valor cultural del trabajo de Lope, actualizado a este momento histórico. Mediante un estudio dedicado a observar y entender los símbolos de la cultura y la del Bajío, éstos participan en escena, en varios planos: el escenográfico (al representar los espacios cotidianos y su simbolismo en torno a la existencia y la muerte);  el vestuario (que caracteriza al pueblo y a los personajes, su búsqueda de sello distintivo); la música (su naturaleza como presencia del sentir y pensar de un pueblo). Así, nos ofrece la visión de un pueblo vivo en su cultura, en su sensibilidad y aspiraciones, que no deja de cantar y de hacer su vida en medio del campo minado que pisa.   

Es una pena que esta puesta en escena, sumamente cuidada en su composición y en cada una de las disciplinas que la integran, incluido el arduo trabajo actoral, solamente cuente con 25 representaciones en la UNAM. “Algo en Fuenteovejuna” estará en cartelera hasta el 27 de mayo en el foro Sor Juan Inés de la Cruz del Centro Cultural Universitario, UNAM. Dirección: Fernando Bonilla. Elenco: Héctor Bonilla, Francia Castañeda, Carlos Corona, Ricardo Esquerra, Juan Carlos Medellín, Malcolm Méndez, Patricia Ortiz y Valentina Sierra.  

35 Entrega de Premios APT. Agrupación de Periodistas Teatrales, 9 abril 2018

Trigésima quinta entrega de premios de la  

Agrupación de Periodistas Teatrales

Por Lic. Goretti 

Estuvimos en la Trigésima quinta entrega de premios de la agrupación de periodistas teatrales en el Centro Teatral Manolo Fábregas a lo mejor del Teatro 2017 llevando la conducción del evento Irene Moreno, Luis Manuel Ávila, Alejandro Herrera y otros.

En los intermedios se logró disfrutar de números musicales cortesía de los Productores de alto nivel Gerardo Quiroz y Andrés Naime. Evento que fue aperturado por Benjamin Bernal Presidente de la a APT , agrupación dedicada que a lo largo de 16 años ha venido premiando la labor teatral convirtiéndose en una fiesta testrista y de comunicadores.

Emotivas semblanza de personajes que dedicaron su vida a la actuación y que ya no se encuentran en este mundo, los cuales han dejado un patrimonio teatral para las nuevas generaciones. 32 galardones otorgados a categorías como lo son la Producción, Musicales, entre otros, Hacen de esta premiación un reconocimiento muy importante ya que de la crítica periodística al mundo teatral es una epifanía a la valoración de la arte escénica y la Liga por mantener al Teatro vigente. Significativamente se homenajeó a personajes parteaguas del arte escénico Virginia Gutiérrez y Luis Gimeno, Mauricio Herrera y Rogelio Guerra dejando la sensibilidad a flor de piel. Emotivos agradecimientos e inesperadas reacciones manifestaron los galardonados esta noche 9 de abril en la tarima como la de Beatriz Moreno, La primera actriz Queta Lavat, Jesús Ochoa, Mario Iván Martínez y Lalo España.

Se resalta de igual forma que. Mexico está a la vanguardia de cualquier puesta en escena y para ello que mejor que los musicales como Billy Elliot y Josefa el musical propio de México.

Photo: Mariano Hayek